Estufas a leña
Desde un principio de la historia humana el hombre ha usado el fuego no solo para cocinar sino también para calefaccionarse. Y a través del tiempo, para no pasar frío en los inviernos, se han inventado diversas formas de calentarse, pero la mayoría ha usado el fuego como energía.
En muchas culturas se ponía el fuego en el interior de la casa y se hacía un hoyo en el techo para que saliera el humo, esto tenía algunas dificultades como la presencia de humo y el peligro que una chispa incendiara toda la casa. Además el calor emanado de la leña se perdía por el hoyo en el techo y consumía mucha leña. En muchas ocasiones había que abrir la ventana para que saliera el humo.
Luego algunos comenzaron utilizando un caño o tubo que hacía salir el humo al exterior. Ese tubo fue cambiando hasta convertirse en algo parecido a una campana, que hace salir el humo al exterior de la casa. También, se empezaron a poner estas chimeneas arrimada al muro y al muro se le ponían piedras para proteger la casa del fuego. Después las chimeneas se construyeron con ladrillos.
Mas tarde se creó la estufa a leña que era una especie de caja fabricada en hierro, que se situaba en medio de la sala, y así conseguía generar calor en todas las direcciones, además se podía controlar la velocidad a la que la madera se combustionaba, produciendo un considerable ahorro. Además, el hecho de tratarse de una caja cerrada evitaba que saltasen chispas en la vivienda, con el peligro de producir un incendio
Hoy en día hay una gran variedad de estufas a leñas en el mercado.